En este artículo encontrarás todo lo que puedes querer saber sobre la ciudad de Mahón, capital de Menorca.
La primera civilización de la zona de Mahón fue la de la Cultura Talayótica, que apareció alrededor del año 1500 aC, aunque el asentamiento más cercano al casco antiguo de Mahón, no se encuentre en el casco antiguo, sino en el extraradio de la ciudad.
El poblado talayótico de Trepucó fué el más grande de su tiempo, pero debido a la tendencia de esas gentes a evitar la costa y construir sus poblados tierra adentro, no se puede decir que ese asentamiento sea el origen real de la ciudad.
Y si lo fuere, se sabe que había una cultura pre-talayótica, cuyas primeras trazas nos llevarían incluso al año 2200 antes de Cristo.
En cualquier caso, de esas culturas primigenias nada se ha encontrado en el epicentro de Mahón, con lo que el siguiente hito histórico que nos encontramos es el del desembarco de Magón Barca, el general púnico que supuestamente pasó el invierno en el barranco que lleva del casco antiguo al puerto.
A falta de pruebas de ese hecho, más allá de escritos y leyendas, debemos avanzar hasta la época de la dominación romana (los vencedores de las Guerras Púnicas) para encontrar los primeros restos físicos de habitantes en Mahón.
Estos restos nos explican un origen militar, una pequeña fortificación sobre un acantilado con vistas al puerto, en el lugar que hoy ocupa la Iglesia de Santa María de Mahón y el territorio adyacente.
A la caída del Imperio Romano, fueron los Vándalos el pueblo que se hizo con las Baleares y con Mahón, quienes previamente habían conquistado la zona de Andalucía, pasando unos 80.000 de ellos al norte de África y haciéndose con Cartago.
Su dominación vendría marcada por la persecución a los cristianos católicos, como era el caso de Menorca. Se sabe que incluso los obispos de las Islas Baleares fueron llevados a Cartago para intentar la asimilación del cristianimsmo católico en el cristianismo arriano, que era la religión de este pueblo germano.
En 533, Justiniano, el emperador del Imperio Bizantino, mandó a su mejor general, Belisario, para acabar con la dominación vándala y conquistar las Baleares, y con ellas Mahón.
Lamentablemente prácticamente no quedan vestigios en la ciudad de estas dos últimas civilizaciones, aunque cabe destacar que la hoy capital de Menorca fue una pequeña aldea durante la mayor parte de su historia.
El Islam se extendió por el norte de África y llegó a Menorca en forma de conquista árabe desde el Califato de Córdoba en el año 903.
Se sabe que el rey Vikingo Sigurd I «El Cruzado» atacó el Mahón musulmán el año 1107, donde arrasó con una pequeña fortificación. Aunque se sabe que los vikingos hicieron estragos en la población insular, estos no se quedaron, ya que solo estaban de paso de camino a Gerusalem.
En 1287 el rey Alfonso III de Aragón desembarcó en un islote del Puerto de Mahón, que desde entonces se llama La Isla del Rey, e inició la conquista de Menorca por parte del reino cristiano.
Esa guerra dio pie al último gran cambio cultural y poblacional en la isla, que fue colonizada por nobles y campesinos aragoneses de la zona de la actual Cataluña.
Siendo el Reino de Aragón un componente fundacional del actual Reino de España, se puede decir que desde entonces y hasta la conquista británica de 1708 Menorca fue española, siendo su capital Ciutadella, como lo había sido en la época árabe y como lo había sido en los siglos cristianos precedentes.
Ya en el siglo XVI los españoles habían levantado el Castillo de San Felipe en la bocana del Puerto de Mahón, lo cual había hecho crecer su población constantemente, aunque fué en la época británica cuando su demografía explotó y se convirtió en su capital de la mano del gobernador Richard Kane.
El siglo XVII fue muy convulso, cambiando la soberanía de Menorca hasta 6 veces de manos. Británicos, franceses y españoles competían por su gran puerto y privilegiada posición geoestratégica, acabando España por hacerse con la isla y su capital de forma definitiva a principios del siglo XIX.
Sobre la historia de Mahón hay muchísimo más que contar, pero para ello recomendamos que contraten un tour de la ciudad o contacten a un guía local, quien sabrá explicarles todo lo que quieran saber sobre esta interesantísima ciudad.
La geología de Mahón es especialmente interesante, al ser su puerto, en realidad, una gran grieta entre la Menorca Oscura del norte, la del Paleozoico con 450.000.000 de años, y la Menorca Blanca del sur, la del Mioceno, con una edad aproximada de entre 11 y 5 millones de años.
Quizás por ese motivo el Puerto de Mahón es considerado como uno de los puertos naturales más grandes del mundo, aunque en ese ránking la llave la tengan los matices de lo qué se considera como puerto.
Las rocas más antiguas y las más nuevas de la isla se miran la una a la otra, de orilla a orilla. Ambos tipos de rocas son sedimentarias, aunque mientras la más antigua se formó a grandes profundidades de un océano que ya no existe y a base de sedimentos finos arrastrados por grandes ríos desde montañas que ya tampoco existen, la plataforma del Mioceno es de tipo calcáreo, formada a poca profundidad de la costa, entre playas y arrecifes de un mar entonces tropical, a partir de la descomposición mecánica de moluscos y otros restos sólidos de animales y microorganismos marinos.
Es por ese motivo que la Menorca Oscura de la orilla norte del puerto a penas contiene fósiles, mientras que el marés de la orilla sur está repleto de ellos.
Y precisamente por el tipo de rocas que componen una y otra orilla es que, desde los primeros que debieron decidir dónde construir su asentamiento, siempre se decidieron por la orilla sur, pero ¿por que?
Pues resulta que el marés, la piedra calcárea que compone la plataforma del Mioceno, es tremendamente poroso, lo que permite la absorción del agua de lluvia y su conservación en perfecto estado de salubridad. Es decir, en la orilla sur siempre ha habido mucha agua limpia, y en el norte prácticamente no.
Cabe mencionar también la roca del Cuaternario que constituye el suelo de lo que sería el final del puerto. Durante la mayor parte de su historia, esa zona era esencialmente una marisma, que se convertía en pantano a medida que se adentraba isla adentro, hasta llegar a la orilla más lejana de la bocana, hoy sepultada por la Carretera de Fornells y pequeños campos de cultivo al final del puerto.
Durante las dominaciones británicas, esa zona a priori inútil y foco de mosquitos y otras molestias fue sepultada para ganarle a la isla unas hectáreas de tierra fértil protegida del viento por los acantilados del Puerto de Mahón, lugar que todavía hoy produce frutas y hortalizas para el mercado local.
La base de la arquitectura mahonesa es la del resto de Menorca, la arquitectura rural fuertemente influenciada por la presencia británica del siglo XVIII.
En ese sentido, si las paredes mil veces emblancadas de cal y los tejados de teja anaranjada son clásicos de la campiña menorquina, los pestells (mecanismos con los que se abren las puertas), las persianas verdes, las ventanas de guillotina y los boinders (como balcones cerrados - viene de bow window), son de herencia plénamente británica.
Los edificios que sí son puramente británicos y, por tanto neoclásicos (o clásico-palladianos), son los edificios del ayuntamiento, the Golden Farm y el hospital militar de la Isla del Rey, entre muchos otros. La arquitectura británica neoclásica acostumbra a ser fácilmente identificable al seguir pintando los menorquines las fachadas de color rojo y las esquinas de color blanco.
La arquitectura de Mahón tiene un fuerte componente modernista gracias a Francesc Femenías i Fàbregues, quien fuere nombrado arquitecto municipal de Mahón en 1904, cargo que ostentó durante varias décadas.
Entre otros, suyos son edificios como:
Al contrario que lo que es el caso de Ciutadella, Mahón ha recibido históricamente la mayor parte de la inmigración de las potencias que han dominado la isla a partir de la Guerra de Sucesión Española.
Británicos, franceses y españoles han enviado a Mahón la mayor parte de sus militares y personal de los diferentes órganos del estado, lo cual ha comportado una constante e intensa mezcla de sus gentes a todos los niveles.
La intensa actividad militar y comercial del Puerto de Mahón desde el siglo XVII también ha contribuido enormemente a este hecho.
Es por ello que la actual capital de Menorca, aunque orgullosa, presenta diferencias culturales e identitarias significativas con respecto al resto de las poblaciones, empezando por el acento con el que sus habitantes hablan el catalán hasta corrientes ideológicas que en más de una ocasión han alimentado la rivalidad con Ciutadella, su antagonista. Pongamos el Caso de la Guerra Civil, por ejemplo, en la que ambas urbes inicialmente se decantaron por bandos distintos.
Mahón, desde su empoderamiento a través del Castillo de San Felipe y su capitalía, siempre ha sido la capital comercial y burguesa, mientras que Ciutadela la capital religiosa y de las clases nobles.
Sin ir mas lejos, el himno de Mahón se canta en castellano, una rareza en una isla tan catalanoparlante como es Menorca.
A continuación un vídeo del pregón de las fiestas patronales de Mahón donde la plaza canta el himno:
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